SENTIRES
Era de noche; y como siempre, a la misma hora, subía desde casa a visitar mi OCÉANO, así le decía, mío; porque desde años atrás, era mi aliado, mi silente amigo
y confidente.
A él le contaba de mis desvelos, de mis cuitas
de amor, de mis logros y fracasos, para luego, con la cabeza fresca, plasmar mis pensamientos en esos locos
poemas que de seguro muchos de ustedes habrán leído.
Desde arriba lo contemplaba. Iba y venía, se acercaba y retrocedía; y solo dejaba en cada viaje la ESPUMA que, rápidamente se mezclaba con la cálida arena.
La luna se reflejaba en esas
cálidas aguas y, de vez en cuando, me dejaba un LAMPO tan claro, que podía
divisar a los pescadores que lanzaban
sus redes procurando el momento preciso para atrapar grandes cantidades de
peces, esa LUZ se quedaba en mí, al igual que los MURMULLOS de voces de los pescadores que llegaban a mi
como respondiendo las interrogantes que lanzaba al mar.
Así transcurrían las horas hasta
que satisfecha con mi largo paseo… retornaba a la quietud del hogar, para luego
en mi diario, dejar escrito, un día mas
en mi solitaria vida.
Autora: Iris Ponce
Junio 01, 2018
Retos intelectuales del Poeta