sábado, 15 de abril de 2023

MI RINCÓN, MI ESPACIO, MI REFUGIO...

 


MI RINCÓN, MI ESPACIO, MI REFUGIO

 Hoy, entro al espacio predilecto de mi hogar, mi refugio. Es  allí, en ese lugar, donde guardo mis mayores tesoros. 

El rincón más deseado de quien se precie de disfrutar de un buen libro, una buena historia, adquirir conocimientos y/o aprender; porque ¡Roma no se construyo en un día! 

Sabemos por experiencia que “un libro, amplía nuestros horizontes”, nos hace soñar, y al soñar volamos al infinito, porque “el libro es fuerza, es valor, es poder”, al introducirnos en sus páginas, nos convertimos en el o la protagonista de la historia, la heroína,  el galán, el malvado o la única persona que puede cambiar el curso del universo.

Sueño con ojos bien abiertos, vuelo sin alas pero rozando casi el cielo, así como subo bajo; y me sumerjo en las profundidades del océano, a lo más oscuro de la tierra y recorro los siete mares; los mas inexpugnables lugares y al final extasiada en la lectura, cierro mis ojos y descanso alucinada de lo que absorbió mi mente.

Sin dudar, puedo confirmar que los libros son una “antorcha del pensamiento”  un tesoro con un valor incalculable y es el mejor regalo que se puede obsequiar y recibir.

 No desprecies la lectura, absorbe todo buen libro que caiga en tus manos y disfruta del placer de leer una emocionante historia.

 

 

Iris Ponce

Abril 15, 2023

domingo, 20 de junio de 2021

ERAN DOS BUENOS AMIGOS...

 

 

ERAN DOS BUENOS AMIGOS…


Iba de regreso a casa una tarde fría como las que presenciábamos desde hace más o menos tres semanas ya que el invierno se aproximaba  y me sorprendió no encontrar a la entrada de la estancia meneando su cola con alegría a mi querido amigo y compañero de cuatro patas llamado Salomón.

 

Le silbé,  llamé y nada que aparecía, entré a la casa y busqué por todos los lugares posibles por donde podía estar y no, no le conseguí.

 

El corazón me dio un vuelco, ¡me lo mataron!,  fue lo primero que pensé, porque era demasiado travieso y le gustaba corretear a los automóviles que pasaban por el lugar.

 

Pregunté a los vecinos si lo habían visto, pero no sabían de él.  Triste y con las lágrimas que me corrían a granel; regresaba a casa cuando de repente delante de mí aparece Joselito, el hijo del cuidador de la hacienda que tenía apenas ocho años y tomándome de la mano y esbozando una sonrisa que hizo acallar mi llanto, me dice que él sabe dónde está Salomón.

 

La vida y la alegría me volvieron al cuerpo y abrazándole le pido  por favor me dijera dónde estaba mi perro; y señalando con su dedito lo alto de la colina me dijo “allá está”.

No sabía que Salomón anduviera por esos lados, por eso no había subido esa cuesta a buscarle.

Con la ayuda de Joselito llegamos a una cueva que ya por la hora se encontraba en penumbras, mas no tan oscura que no permitiera ver bien; mas sin embargo, encendí una pequeña linterna de mano  que llevaba siempre en el llavero y nos adentramos en la cueva.


Para mi sorpresa, allí estaba Salomón quieto, no se movía y pensé que algo le pasaba, estaba debajo de un pedazo de alfombra y solo porque movió sus ojos supe que vivía; pero mayor sorpresa recibí, cuando a su lado debajo de la alfombra apareció un pequeño y hermoso búho que se pegó a su cara.

 

Eran amigos! No sabía sí reír o llorar al contemplar la escena, se veían tan lindos debajo de ese pedazo de alfombra!

 

Salió de debajo moviendo la cola, me lamió la cara; más atrás se asomo su amigo que no era amigo sino amiga quien cobijaba 3 polluelos de búho para protegerlos del frío.

 

Esa escena se repitió varias veces hasta que pasó el invierno, y el ave con sus crías migró buscando un nuevo hogar; pero jamás olvidó a aquel grande y peludo amigo que a su lado estuvo y de vez en cuando, escuchábamos el ulular cuando sobre el árbol se paraba a saludarle y salía Salomón ladrando para encontrarle.

 

Y como siempre digo… esta historia se ha acabado!


 

Autora: Iris Ponce

Abril 15, 2021

Inspiración Visual 192/Imagen B


EL LIBRO MÁGICO...

 

EL LIBRO MÁGICO...


Era un día cualquiera de una mañana de primavera cuando Sofía, una pequeña y preciosa niña, de cabellos de oro, inquieta y soñadora, se encontró de pronto como por arte de magia, en medio de un inmenso y frondoso bosque de grandes árboles y espeso follaje.

No sabía cómo había llegado a ese lugar, sólo sabía que allí estaba y debía encontrar la manera de regresar a casa, pues sino, su mami se preocuparía al no encontrarla en su cuarto para arreglarla para ir a ver a los abuelos; así que sola y asustada sin pensarlo, comenzó a tararear la canción que le había enseñado su mamá desde muy niña cuando la sentía nerviosa o asustada.

Así, comenzó a caminar por entre los matorrales y de pronto, en un claro del bosque encontró frente a sus ojos recostado entre los árboles un inmenso libro, ¡gigante, mucho más grande que ella!; sintió curiosidad y poco a poco se fue acercando.

Era un libro escrito con palabras que ella no entendía, como en otro idioma, y delante de él, a un costado, como tallado en piedra un gran búho.

De repente, a su espalda escuchó una vocecita que le decía: “anda, tócalo sin miedo”, su libro de cuentos cayó a sus pies, no sabía qué hacer; mientras la voz seguía repitiendo, “acércate sin miedo, tócalo”…

Volteó y no había nadie, solo la estatua del búho que al observarlo de frente vio como sus ojos cobraron vida y su pico se movía repitiendo las mismas palabras.

“No temas le dijo, en un libro mágico, si le pides un deseo, lo cumplirá de inmediato”.

Dicen que la curiosidad mató al gato; y ella curiosa al fin se acercó y ante su ojos, vio como una de las hojas de aquel inmenso libro se desprendía formando palabras que comprendía, al leer cada una de esas palabras, se encontró dentro del libro y asustada, solo pidió que quería regresar a casa y sentir el abrazo de mamá.

Cerró sus ojitos y sintió que giraba y giraba; y así como había llegado sin saberlo a ese bosque, se encontró de nuevo en su cama, con su libro de cuentos y su osito de peluche que abrazó con fuerza; y con asombro, bajó corriendo las escaleras llamando a mamá que se encontraba en la cocina preparando el desayuno, se abalanzó hacia ella y presurosa comenzó a contarle lo que le había sucedido.

Su mamá sonriendo la levantó del piso besándola con ternura y escuchando su historia le dijo…

Los libros tienen algo de magia y tu libro de cuentos hizo que vivieras una de sus historias; por ello, nunca dejes de leer, y siempre encontrarás en cada cuento una historia que en sueños harás realidad.

Y colorín coloráo la historia de la niña curiosa… ha terminado.


Autora: Iris Ponce

Marzo 25, 2021

Inspiración Visual, Imagen “B”

sábado, 26 de enero de 2019

SUEÑO IRREAL - RELATO PARA DESCUBRIENDO LA POESÍA



SUEÑO IRREAL

Solo yo puedo dar fe ante ustedes de los momentos vividos; fueron minutos, tal vez segundos; pero en mi cerebro y corazón… muchas horas.

En mi sueño, no sé cómo me encontré delante de una gigantesca escultura esculpida en una montaña y en su naciente un río de aguas tan azules como el cielo, en su base, un inmenso ojo tan real como lo era el mío, de donde brotaba el agua que en su momento, sirvió para ir de a poco destrozando una a una, cada carta de amor recibida a lo largo del tiempo vivido a tu lado; cada libro obsequiado en nuestros momentos especiales, cada postal que de tus viajes recibía…

Todo, todo ello acomodado en filas esperando el momento para ser destruido por el llanto que de las pestañas manaba como fuente y, sin haber terminado de destrozar todo aquello, desperté.

Un sueño loco en verdad, tan irreal como sería el que en serio, destrozara tan hermosos recuerdos y momentos vividos junto a ti.

Aún lo pienso y sonrío contemplándote dormir plácido a mi lado, sin sospechar que en mi sueño, ya tú no estabas.




Autora: Iris  Ponce
Enero 25, 2019
Relato para: Descubriendo la Poesía

viernes, 21 de diciembre de 2018

MI DESEO CUMPLIDO... INSPIRACIÓN VISUAL No. 137



MI DESEO CUMPLIDO

Amaneció y  ya Jorgito no veía la hora de que saliera el sol para bajar y ver los regalos debajo del árbol.

¡Ya navidad!
Había dormido poco, por la ilusión de ver si  lo que había pedido al Niño Dios se había cumplido.

Su cara de alegría y emoción, se vio recompensada al descubrir una inmensa caja, adornada con un grandioso lazo azul.

Su asombro, era por el tamaño de la misma, no la esperaba tan grande, Daniel su padre, hubo de ayudarle a romper el lazo y a medida que se abrían las tapas, su carita se iluminaba mas.

“¡Se cumplió mi deseo… se cumplió mi deseo!, fue la frase repetida más hermosa que hayamos escuchado los que felices observábamos la escena.

Era un hermoso carro deportivo, de estilo antiguo, color verde, y le acompañaba un casco oscuro que de inmediato colocó en su cabecita. No paraba de saltar y sonreír al ver su deseo hecho realidad.

No destapó sus otros regalos por más que le pedimos lo hiciera, así que esperando la mirada aprobatoria de papá, salieron ambos. No podía esperar, tenía que probar su coche!; así que hizo le llevará al jardín y de inmediato se apoderó del volante.

Cual piloto de carreras, salvo uno que otro mal movimiento, disfrutó al máximo su deseo cumplido.

Observaba emocionado las ruedas del mismo viendo con orgullo que controlaba el mando.

Luego de un buen rato, entraron a la casa y se 
dispuso a abrir el resto de los regalos, uno a uno fueron quedando al descubierto; su carita pintaba regocijo;  pero entre todos… su carro verde fue el mejor.



Autora: Iris Ponce
Inspiración Visual No. 137
Diciembre 18, 2018

domingo, 9 de diciembre de 2018

EL DÍA MAS ESPERADO... INSPIRACIÓN VISUAL No.136



EL DÍA MÁS ESPERADO

Noche buena, un día especial y hermoso, dónde la familia se reúne para festejar el nacimiento del niño Dios y la llegada de la Navidad.  Como cada año, la reunión fue en casa de la abuela y para ello, mis tíos llegaron con anticipación para preparar y acondicionarlo todo, cuidando cada detalle y así no olvidar nada.

Mucho alboroto, risas, música y alegría se respiraba en el ambiente.

Un momento mágico se aproximaba y entre todos haríamos que fuese  inolvidable. Los primeros en llegar fueron los tíos que vivían mas apartados y con ellos mis primos, yo siempre fuí  hija única, por eso me encantaban estas fechas, porque juntos disfrutábamos la llegada del niño y ya para navidad,  el día mas esperado, justo al amanecer bajábamos corriendo hasta el árbol para  recibir nuestros presentes.

Esta foto, la tomó Papá, yo soy Ana, la más grande y en las manos tengo mi regalo  anhelado, luego en orden a mi lado, mis primos Jorge, Carla, Julio y Adrián, Mamá nos obsequió las gorras de Santa que alegremente llevábamos y cantando villancicos y sentados junto al gran árbol con nuestros presentes, quedó plasmado ese momento.

Ese año fue único, no faltó ni sobró nada, todos recibimos regalos, los de Santa, los del Niño Dios y los de nuestros familiares, y aunque en esa imagen solo se ven pocas cajas rojas y una blanca, hasta un lindo oso de peluche blanco como la nieve con un lazo rojo recibió Carla y yo, entre todos los regalos, el más hermoso… que era? Pues nunca lo dije, porque pedí tanto ese presente en mis cartas; que quería conservarlo en secreto por mucho tiempo, al menos en secreto para mis primos.

Y hoy recordando esos bellos tiempos de mi niñez, solo puedo desearles pasado muchos años de aquel encuentro, Feliz Navidad para todos  y que el año nuevo que se avecina, nos reconforte en la paz, el amor y la unidad en el mundo.



Autora: Iris Ponce
Inspiración Visual No, 136
Diciembre 09, 2018

lunes, 2 de julio de 2018

SIEMPRE QUERIENDO JUGAR





SIEMPRE QUERIENDO JUGAR …

Juancito, era un pequeño de 8 años, nacido de una relación furtiva, donde no había papá; y una madre que para vestirlo, darle educación y alimento, debía salir temprano cada día a trabajar en casas de familia, limpiando y planchando ropa. por lo cual, si no tenía la compañía de una amiga de su mamá,  le tocaba quedarse solo en casa luego de llegar del colegio.

Vivían en un barrio muy pobre; pero en casa, no les faltaba casi nada, tenían cubiertas las necesidades básicas y como cada tarde, luego de hacer sus deberes y tareas, agarraba su balón de futbol, regalo que le dejó el niño Dios en el último año y salía a un campo cercano a su casa, para ver las caimaneras que se formaban en el terreno y con la intención de participar en el juego; pero por ser pequeño, siempre quedaba fuera y le tocaba observar sentado sobre su balón, el desarrollo del juego.

Así pasaba los días, sólo observando; pero una tarde sin esperarlo, el Sr. José, quien hacía las veces de entrenador,  habiendo presenciado la emoción y entusiasmo que se reflejaba en la mirada del niño, le convidó a participar por un rato del juego y, al ver la manera en la que el chiquillo manejaba el balón, le dejó que se acercara siempre que quisiera y formara parte de un equipo; para lo cual, necesitaba hablar con su madre.

Desde ese día, todas las tardes y con más entusiasmo, hace sus tareas y deberes para luego ir al campo a jugar el deporte que mas le gusta.

Luego de varios meses de entrenamiento,  Juancito fue invitado a formar parte oficialmente, de un equipo de futbol, cumpliendo así su sueño de siempre querer jugar.


Autora: Iris Ponce
Inspiración visual No. 126
Junio 22, 2018