SIEMPRE QUERIENDO JUGAR …
Juancito, era un pequeño
de 8 años, nacido de una relación furtiva, donde no había papá; y una madre que
para vestirlo, darle educación y alimento, debía salir temprano cada día a
trabajar en casas de familia, limpiando y planchando ropa. por lo cual, si no
tenía la compañía de una amiga de su mamá, le tocaba quedarse solo en casa luego de
llegar del colegio.
Vivían en un barrio muy
pobre; pero en casa, no les faltaba casi nada, tenían cubiertas las necesidades
básicas y como cada tarde, luego de hacer sus deberes y tareas, agarraba su
balón de futbol, regalo que le dejó el niño Dios en el último año y salía a un
campo cercano a su casa, para ver las caimaneras que se formaban en el terreno
y con la intención de participar en el juego; pero por ser pequeño, siempre
quedaba fuera y le tocaba observar sentado sobre su balón, el desarrollo del
juego.
Así pasaba los días, sólo
observando; pero una tarde sin esperarlo, el Sr. José, quien hacía las veces de
entrenador, habiendo presenciado la
emoción y entusiasmo que se reflejaba en la mirada del niño, le convidó a participar
por un rato del juego y, al ver la manera en la que el chiquillo manejaba el
balón, le dejó que se acercara siempre que quisiera y formara parte de un equipo;
para lo cual, necesitaba hablar con su madre.
Desde ese día, todas las
tardes y con más entusiasmo, hace sus tareas y deberes para luego ir al campo a
jugar el deporte que mas le gusta.
Luego de varios meses de
entrenamiento, Juancito fue invitado a
formar parte oficialmente, de un equipo de futbol, cumpliendo así su sueño de
siempre querer jugar.
Autora: Iris Ponce
Inspiración visual No. 126
Junio 22, 2018