sábado, 24 de agosto de 2013

TU... MI ÚLTIMA ESPERANZA


TU MI ÚLTIMA ESPERANZA

Cansada, sin más amiga que la soledad, y refugiándome en mis versos, conseguí calmar mis ganas y mis ansias de amar.

Inventaba historias, y soñaba cuentos que hilaba en locas fantasías donde el amor al final lograba triunfar sobre todo lo malo;  y así llevé mi vida, años y años de soledad, sin más sosiego que mis letras, hasta que llegaste tú.

Poco a poco, lentamente, fuiste ocupando en mi mente y en mis sueños un lugar especial,  tus palabras siempre reconfortantes, fueron consuelo para mi corazón dormido, pienso que será por ello que me enamoré; si, tontamente enamorada de un imposible, de un sueño que a mis años jamás podría realizar.

Es triste sentirse ilusionada, y pensando que quizás sientas  lo mismo y que no pueda hacerse realidad. Más sin embargo, aún separados por un inmenso mar, me aferro en mis sueños a ti, no deseo perderte, eres en quien me inspiro, por ti suspiro, me aferro a la vida porque sé que ahí estás tú, esperando un verso…

Quisiera no pensarte ni recordarte,
quisiera dormir y al despertar…
saber que ya no estás, ni en mis sueños
ni en mis pensamientos.

Supiste apoderarte de un corazón vacío,
de un cuerpo que alguna vez amó
y que hoy desearía volver a hacerlo,
pero contigo, tomados de la mano
y olvidándonos que existe en algún lugar,
quien nos repudie o intente separarnos.

Tú, mi última esperanza, mi refugio, ese
cuya imagen es la última que veo al
cerrar mis ojos y la primera que consigo en mis sueños.
Me aferro a ti como un náufrago que busca
ansiosamente en tu mirada esa palabra que
haga que me aferre a la vida…

Acaso sueño otra vez?
Será que soñando te he confesado mi amor?
Si  es así… calla, solo tú y yo guardaremos el secreto,
y si en algún lugar coincidimos como sé que será
mírame a los ojos y al encontrarme en ellos,
veré mi silueta reflejada en ti y sé que allí
he de quedarme por siempre.

Tu mi esperanza, mi ilusión, tu… mi último gran amor.
quien sin saberlo ha calado hondo en mi ser, dándome alas
y  poniendo ante mí, un sendero luminoso por el cual
caminaré aún en sueños, para amarnos sin medida
y sin remilgos por siempre.
Porque el amor… mi amor  jamás morirá.

Rescátame, toma mi mano y surquemos
los mares y este inmenso cielo azul,  vivamos lo imposible
aunque sea en sueños, los tuyos… los míos,
que, al final de nuestros días y cuando nos llegue el recuerdo
estaremos tomados de la mano como lo he soñado.  

Autora: Iris Ponce

Agosto 23, 2013

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