…
NUNCA LLEGÓ
Era temprano, amaneció soleado y fresco, un día
especial pues era el matrimonio de una joven que uniría su vida para siempre al
ser amado.
Los últimos toques, todo estaba listo, el salón de
festejos, decorado en un suave tono rosa y beige con muchas flores de varios
tonos, que le daban un toque de elegancia al ambiente, la música que acompañaría la velada, seleccionada
especialmente para la ocasión, la comida, la bebida, los pasa palos... todo de
acuerdo con lo que durante tantos meses habían planificado, nada podía fallar.
La novia irradiaba felicidad, fresca, joven, lucía tan
hermosa… Ese día nada ni nadie empañaría su felicidad.
El vestido escogido con mucho tino, delicado, sublime,
los anillos, todo estaba dispuesto para la gran ocasión, sólo faltaba el Novio.
Se acercaba la hora y los nervios crecían ya lista
para salir acompañada de su orgulloso Padre, que veía que su única hija hacía
su sueño realidad partieron rumbo a la Iglesia.
El cortejo, los
pajes, los padrinos, todos esperando con ansiedad y alegría el tan anhelado enlace, sólo que el chico llamado Andrés no llegaba…
transcurrieron los minutos y nada, comenzó la espera, interminable, angustiosa,
nadie sabía que había sucedido, empezó la búsqueda, las llamadas y ninguno supo
decir que había pasado con Andrés.
Adela sin decir palabras pues el dolor no la dejaba
reaccionar ante el hecho de reconocer que su novio no llegó, salió desesperada
de la iglesia y se encerró en su cuarto, sin lograr sus Padres consolarla… Todo
había terminado.
Sólo esperaba que él apareciera para que explicara el
por qué había faltado a la cita más importante de sus vidas.
Horas más tarde se enteraron por los Padres de Andrés
que éste había tenido un accidente y había muerto en la sala del Hospital
Central…
Por eso… nunca llegó.
Autora: Iris Ponce
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