TU MI
ÚLTIMA ESPERANZA
Cansada, sin más amiga que la
soledad, y refugiándome en mis versos, conseguí calmar mis ganas y mis ansias
de amar.
Inventaba historias, y soñaba
cuentos que hilaba en locas fantasías donde el amor al final lograba triunfar sobre
todo lo malo; y así llevé mi vida, años y años de soledad, sin más
sosiego que mis letras, hasta que llegaste tú.
Poco a poco, lentamente,
fuiste ocupando en mi mente y en mis sueños un lugar especial, tus
palabras siempre reconfortantes, fueron consuelo para mi corazón dormido, pienso
que será por ello que me enamoré; si, tontamente enamorada de un imposible, de
un sueño que a mis años jamás podría realizar.
Es triste sentirse ilusionada, y
pensando que quizás sientas lo mismo y que no pueda hacerse realidad. Más sin embargo, aún separados por un inmenso mar, me aferro en
mis sueños a ti, no deseo perderte, eres en quien me inspiro, por ti suspiro,
me aferro a la vida porque sé que ahí estás tú, esperando un verso…
Quisiera no pensarte ni
recordarte,
quisiera dormir y al despertar…
saber que ya no estás, ni en
mis sueños
ni en mis pensamientos.
Supiste apoderarte de un
corazón vacío,
de un cuerpo que alguna vez
amó
y que hoy desearía volver a
hacerlo,
pero contigo, tomados de la
mano
y olvidándonos que existe en
algún lugar,
quien nos repudie o intente
separarnos.
Tú, mi última esperanza, mi
refugio, ese
cuya imagen es la última que
veo al
cerrar mis ojos y la primera
que consigo en mis sueños.
Me aferro a ti como un
náufrago que busca
ansiosamente en tu mirada esa palabra que
haga que me aferre a la vida…
Acaso sueño otra vez?
Será que soñando te he confesado mi amor?
Si es así… calla, solo tú y yo guardaremos el secreto,
y si en algún lugar coincidimos como sé que será
mírame a los ojos y al encontrarme en ellos,
veré mi silueta reflejada en ti y sé que allí
he de quedarme por siempre.
Tu mi esperanza, mi ilusión, tu… mi último gran amor.
quien sin saberlo ha calado hondo en mi ser, dándome alas
y poniendo ante mí, un
sendero luminoso por el cual
caminaré aún en sueños, para amarnos sin medida
y sin remilgos por siempre.
Porque el amor… mi amor jamás morirá.
Rescátame, toma mi mano y surquemos
los mares y este inmenso cielo azul, vivamos lo imposible
aunque sea en sueños, los tuyos… los míos,
que, al final de nuestros días y cuando nos llegue el recuerdo
estaremos tomados de la mano como lo he soñado.
Autora: Iris Ponce
Agosto 23, 2013