Y LLEGÓ SAN NICOLÁS…
Se acercaba la hora más
esperada y Carlitos estaba muy
ilusionado, contando las horas para que el niño Dios dejara los regalos que en
la noche de Navidad siempre colocaba debajo del árbol hermosamente decorado por su
Mamá.
Desde hace dos años, el mismo
escribía su cartita donde con sumo cuidado y con creyones de lindos colores le
contaba que se había portado muy bien todo el año, que había sido un niño
bueno, que había hecho todas sus tareas, había respetado a sus padres, a los
mayores y que esperaba recibir todos los
juguetes que veía en la tele y comenzó a escribir lo que quería.
Luego con sus pequeños dibujos
la adornó, la guardó en un sobre que decía para el Niño Jesús y la colocó en el
árbol.
Cada noche colocaba un cojín
debajo del inmenso árbol y acompañado de su inseparable osito de peluche,
esperaba pacientemente, deseando estar
despierto para cuando viniera el Niño o un enviado del cielo por su carta, pero siempre se quedaba dormido
y cuando despertaba, ya estaba en su cama bien arropadito, así que cuando se llevaron su carta no pudo
saber quién lo hizo.
La noche de Navidad, emocionado
y feliz se fue a su cama recibiendo las buenas noches de sus padres y pasada
las 11, cuando todo estaba en silencio, bajó las escaleras con su osito e hizo
lo mismo que hacía desde hace 2 semanas, esperar pacientemente; y cuando ya
estaba casi a punto de dormirse, escuchó unas campanitas que titilaban y una
suave brisa que lo arrullaba, no se movió, no por miedo, sino por la emoción de
ver en persona no al Niño Jesús, sino al propio San Nicolás que con mucho cuidado
estaba dejando sus regalos a un lado del árbol y no lo había visto.
Cerró sus ojitos queriendo
hacerse el dormido, pero Santa era muy
vivo y antes de partir, le guiñó el ojo
y desapareció.
Así fue como Carlitos
descubrió que San Nicolás si existía, no era lo que le habían dicho. Era un
hombre grande, gordo y con una larga barba blanca, vestido con un traje rojo
como en los cuentos.
Así, de feliz estaba, que
olvidó al Niño, quien por no estropear la sorpresa, había dejado juguetes sobre
su cama, con una pequeña nota que decía “te visité, con cariño Jesús”.
Y colorín colorado, la
historia de Navidad de Carlitos ha terminado.
Autora: Iris Ponce
Diciembre 20, 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario