viernes, 20 de diciembre de 2013

Y LLEGÓ SANTA NICOLÁS!


Y LLEGÓ SAN NICOLÁS…

Se acercaba la hora más esperada  y Carlitos estaba muy ilusionado, contando las horas para que el niño Dios dejara los regalos que en la noche de Navidad siempre colocaba  debajo del árbol hermosamente decorado por su Mamá.

Desde hace dos años, el mismo escribía su cartita donde con sumo cuidado y con creyones de lindos colores le contaba que se había portado muy bien todo el año, que había sido un niño bueno, que había hecho todas sus tareas, había respetado a sus padres, a los mayores y que esperaba recibir  todos los juguetes que veía en la tele y comenzó a escribir lo que quería.
Luego con sus pequeños dibujos la adornó, la guardó en un sobre que decía para el Niño Jesús y la colocó en el árbol.

Cada noche colocaba un cojín debajo del inmenso árbol y acompañado de su inseparable osito de peluche, esperaba pacientemente,  deseando estar despierto para cuando viniera el Niño o un enviado del cielo  por su carta, pero siempre se quedaba dormido y cuando despertaba, ya estaba en su cama bien arropadito,  así que cuando se llevaron su carta no pudo saber quién lo hizo.

La noche de Navidad, emocionado y feliz se fue a su cama recibiendo las buenas noches de sus padres y pasada las 11, cuando todo estaba en silencio, bajó las escaleras con su osito e hizo lo mismo que hacía desde hace 2 semanas, esperar pacientemente; y cuando ya estaba casi a punto de dormirse, escuchó unas campanitas que titilaban y una suave brisa que lo arrullaba, no se movió, no por miedo, sino por la emoción de ver en persona no al Niño Jesús, sino al propio San Nicolás que con mucho cuidado estaba dejando sus regalos a un lado del árbol y no lo había visto.
Cerró sus ojitos queriendo hacerse  el dormido, pero Santa era muy vivo y antes de partir, le  guiñó el ojo y desapareció.

Así fue como Carlitos descubrió que San Nicolás si existía, no era lo que le habían dicho. Era un hombre grande, gordo y con una larga barba blanca, vestido con un traje rojo como en los cuentos.

Así, de feliz estaba, que olvidó al Niño, quien por no estropear la sorpresa, había dejado juguetes sobre su cama, con una pequeña nota que decía “te visité, con cariño Jesús”.

Y colorín colorado, la historia de Navidad de Carlitos ha terminado.


Autora: Iris Ponce
Diciembre 20, 2013

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