viernes, 20 de diciembre de 2013

Y NACIÓ EN BELÉN...


Y NACIÓ EN BELÉN

Y aquella noche, como había sucedido en anteriores ocasiones para esta fecha, todos sentados alrededor de una fogata en el campo, escuchábamos atentos la historia que nos contaba el abuelo.

Siempre la misma historia,  pero era tan hermosa escucharla de su voz, que  sentíamos que estábamos allí, contemplando a ese pequeño que llegó a este mundo en un  lugar lejano, sin más hogar que un establo.

Si…

Oh! y aquella noche, todos los que se acercaron al establo, quedaron maravillados y sorprendidos al ver, acostado en un pesebre a ese hermoso niño que acababa de nacer.

Si, en un pesebre hecho de paja y cubierto por los ropajes que llevaban José y María.
A ellos, para acompañar al niño se unían la mula y el buey, los cuales veneraban al redentor, el que sería el Rey de los cielos y la tierra.

Y nació allí, porque llegando al pueblo pidieron posada y el único sitio disponible fue ese viejo establo, y tan cansados de viajar estaban, que decidieron quedarse allí, a pesar de que en cualquier momento, como ocurrió, nacería  Jesús, nombre escogidos por sus padres.

Tiempo atrás tuvieron que salir huyendo de su tierra Judea, porque el Rey Herodes, supo por adivinos, que nacería un Rey que lo destronaría y para protegerse mandó a matar a toda criatura nacida viva menor de 2 años y los que estuvieran por nacer.

Por esa razón, nació en ese lugar y era el hijo de Dios, porque así estaba escrito, nacería de un alma pura el Rey que nos libraría del pecado y  María fue la elegida para traerlo al mundo.

Una hermosa estrella brillaba en el cielo con una luz sin igual que indicaba el camino a todo
aquel que se enteraba de la buena nueva; y hasta tres Reyes llegaron trayéndole al niño hermosos presentes.

Así fue como aquella noche,  el cielo se iluminó, cantaron los ángeles y quedó registrado para la historia el nacimiento de nuestro redentor, quien años más tarde daría su vida para librarnos del pecado.
Así concluía el abuelo la historia, y volvíamos a la realidad, sabiendo que esa noche celebraríamos en familia la Natividad de nuestro Señor.

Y así como nos la contaba el abuelo te la he contado yo, deseando puedas disfrutar en unión familiar esta fecha hermosa donde damos y recibimos amor.




Autora: Iris Ponce
Diciembre 17, 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario