TE ESPERABA…
Desde hace días, siento pasos en
la casa, son suaves, lentos, como si no quisiera quien camina, ser descubierto.
Pasan los días y sigue estando
esa presencia; porque sé que algo o alguien está afuera caminando, buscando
algo, no sé que será; pero está allí, como esperando que salga… y me da miedo.
Duermo intranquila, sé que en
cualquier momento se presentará. He
optado por dejar luces encendidas y hasta velas le he puesto, por si es un alma
en pena que no consigue el camino de regreso a su mundo, porque debe estar
muerto puesto que así como llega, se va…
Más sin embargo, esa noche, algo pasó, sentí en mi cuarto algo extraño,
un olor a rosas y un aire fresco que mecía suavemente las cortinas que cubrían
las ventanas.
Me encontraba cansada, pero
deseaba terminar de leer el capítulo de la novela que había comenzado, Rosas en
Cautiverio, no sé cuando caí en un sopor; pero lo que si sé fue, que lo que
sucedió después, fue real…
Estando es ese trance, presentí
que alguien estaba a mi lado, sentí su respiración, cálida, suave, y unas
manos, tocaron las mías, me asombré; más no sentí miedo, le dejé hacer, poco a
poco sus manos se fueron apoderando de mi cuerpo, no hubo rincón que no palpara
y las sensaciones que provocaba iban en
aumento,
Sus toques eran sublimes, me acarició despacio y allí estaba yo,
domada, a su merced; pero no quise hacer nada pues me sentía cómoda, a gusto
con lo que en mi estaban despertando esas sensaciones.
Sentí en mi cara su respiración y
de repente mi cuerpo fue acoplándose al
de él, estaba en éxtasis, tomo el
control, vi el cielo y luego de eso me dormí.
Desperté a la mañana siguiente
sola, pero recordaba cada momento de esa noche, no quería salir de la cama, no
fue un sueño, lo viví y fue emocionante.
Quién era, que hacía en esta
casa, que buscaba?
Mis preguntas no tuvieron
respuestas; sólo sé que desde esa noche… le espero.
Autora: Iris Ponce