martes, 24 de noviembre de 2015

UN MÁGICO LUGAR...

UN MÁGICO LUGAR

Como siempre, mi imaginación me lleva a visitar espacios y lugares que en el presente, sé sería algo difícil creer.

Esta vez, recorriendo una antigua montaña que se encontraba oculta en los páramos andinos una mañana de sábado, mientras fui de vacaciones junto con unos compañeros; algo llamó mi atención y me desvié del camino, ese algo, era una luz muy brillante que suspendida en el ambiente, giraba de manera extraña, casi a mi alrededor.

Esa luz, hizo que me apartara del grupo y siguiéndola, fui a dar a un paraje solitario, en el cual desembocaba un agradable riachuelo y dos pequeñas cascadas que caían armoniosamente sobre piedras hermosamente talladas y dispuestas de manera que abrían un cause entre el agua y ellas, donde peces de diversos colores iban y venían danzando en la corriente, la espesura del lugar, era extraordinaria y quedé cautivada con lo que veía…

De repente, como por arte de magia, delante de mis ojos fueron apareciendo pequeñas figuras aladas que, sin percatarse de mi presencia, se bañaban en esas aguas y a un costado un ser de color verde casi transparente, muy parecido a Peter Pan,  ese de nuestros cuentos de infancia pero en versión femenina;  y llevaba en su mano, la misma bola de luz que hizo me acercara a ese lugar, era  muy intensa, subía y bajaba en su mano, como si quisiera hipnotizarme por el movimiento que realizaba.  Este personaje no hablaba; más sin embargo, se escuchaba una música celestial que inundaba el ambiente.

Me conseguí entre duendes y hadas que entraban y salían del lugar.  Allí correteando en el agua, jugando de manera infantil, sentí que volví a tener 7 años, y que no había nada mejor, que encontrarme en ese lugar con inmensos árboles que me llenaban de paz.

En un instante, me ví suspendida en el aire, volaba… de la mano de aquella duende, fue un momento mágico; tan irreal era aquello, que jamás se me ocurriría contarlo, me tildarían de loca; pero aquello sucedió.

 No sé cuánto tiempo transcurrió desde que me separé del grupo; hasta que me conseguí de nuevo con ellos; hoy  lo recuerdo y pienso que en algún momento me quedé dormida y sólo fue un sueño; pero en mis manos, quedó un pequeño recuerdo de ese instante mágico…

Que era? unas hermosas alas, las mismas con las que me sentí volar.



Autora: Iris Ponce
agosto, 14, 2015 

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