SIN NADA…
Aquí estoy, sin nada, casi como Dios me trajo al mundo…
Sólo me queda mi conciencia que no se vende, mi corazón que
aun palpita y mis manos para comenzar de nuevo.
He perdido todo, hasta mi paz, deambulé, recorrí mil veces un
mismo camino tratando de encontrar la razón de seguir viviendo y; después de
recapacitar, casi hasta la locura, regresé de la nada, del olvido…
Recorro mis pasos...
Qué tengo, qué espero, qué he de buscar?
No tengo nada, no espero nada, pero buscando encontraré de
nuevo la senda de la cordura y comenzaré a reconstruir las bases de lo que fue
mi vida.
Me acompañan las ilusiones de un nuevo presente y la
esperanza de un incrédulo futuro ah! y mi gato, callejero, que un día le di
migajas de lo que no me sobraba y, desde entonces está conmigo.
Aquí recostado en este trozo de árbol ya seco como mi vida,
recordando un pasado que ya no lo será más, digo adiós a los recuerdos.
Cuando parta de aquí, lo haré con la conciencia tranquila y creyendo en mi, que
si podré continuar andando esta senda, buscando renacer de las cenizas, con la
esperanza siempre como mi norte, y de nuevo vivir…
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