Hoy con una mañana clara, caminando por la pradera, vislumbrando el horizonte y camino a casa, divisé hermosas flores campestres de muchos colores; y contemplándolas recordé que a ti, te encantaba el color moradito claro en las flores y por ello, me dediqué a cortar las más hermosas buscando tu tono favorito.
Luego, ya cumplido mi cometido, respirando aire fresco y recordando tu sonrisa cuando te llevaba flores, regresé a tu hogar, nuestro hogar, donde hoy día reposan tus cenizas.
Decidimos todos los hermanos, no depositar tus restos en el cementerio; sino conservarlos con nosotros, en tu cuarto; que hasta el sol de hoy, está exactamente igual como lo dejaste, nada fuera de lugar, todo acomodado y en orden, como te gustaba.
Ya casi cumples tres años de no estar con nosotros; y tu ausencia persiste cada día, te siento y me viene a la mente cuando cada día me llevabas el café a la cama y conversábamos de mis poemas que te leía ansiosa por recibir tu aprobación.
Estas flores con mucho amor, las corté para ti y siempre que pueda, volveré a esa pradera para buscar las más hermosas y coloridas para adornar tu hogar, tu santuario, donde por siempre vivirás.
Con todo mi amor, dedico este relato a mi mami, quien el próximo 13 de abril cumplirá tres años de ausencia física, mas no está ausente en el corazón de sus hijos, porque siempre allí vivirá.
Marzo 03, 2018
Inspiración Visual No.120
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