martes, 11 de diciembre de 2012

LA SEMILLA Y EL CARACOL...



LA SEMILLA Y EL CARACOL


     Había una vez un pequeño caracol, paseando muy lentamente por el prado, distraído y pensando en su soledad porque, a pesar de tener su casa siempre a cuestas, no podía invitar a nadie a visitarlo.

     Soñaba con tener muchos amigos, pero se le hacía imposible, era lento para caminar y su casa le pesaba mucho, aun cuando si se lo proponía, podía salir de ella.

     Ese día consiguió en el camino, igual de solitaria y al borde de la calzada a una pequeña semilla, que sólo podía moverse si el viento soplaba fuerte y la arrastraba. No tenía manos, ni pies, no podía jugar ni saltar por el camino, ni conocer nuevos lugares,  que era lo que más deseaba hacer.

     Luego de ayudarla a salir de la calzada y de que ella le comentara sus deseos, el Caracol, a pesar de llevar su casa a cuestas le dijo:

     Semillita...  ¿te gustaría ser mi amiga? Y le habló de los lugares a los que él iba. Si aceptas lo que te ofrezco, yo podría llevarte sobre mí, así conocerías mi casa y podríamos los dos conocer nuevos lugares y tal vez más amigos!

     La semilla emocionada y agradecida pues por fin podría ir donde quisiera aceptó ser su amiga.

      Desde ese día se hicieron inseparables.

     Y colorín colorado, el cuento de la Semilla y el Caracol se ha terminado.


Autora: Iris Ponce
Octubre  2010

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