martes, 11 de diciembre de 2012

JAVIER E ISABELLA... UN AMOR OTOÑAL



JAVIER E ISABELLA...
UN AMOR OTOÑAL

     Javier e Isabella, sentados a la luz de la luna recordaban sus 50 años juntos …!toda una vida! llena de amor, angustia  alegrías, dolores.

     Amor, porque eso fue lo que sintieron desde que se conocieron; angustias, porque debieron pasar por malos ratos cuando la escasez se hizo presente en sus primeros años juntos; alegrías, cada vez que llegaba a sus vidas un hijo, que era un rayo de luz que les llenaba  de esperanza; y dolor, cuando sin esperarlo sintieron en carne propia la pérdida de 2 de ellos.

     Su historia, como la de todo extranjero que llega a tierra ajena y se enamora de la más hermosa de las mujeres del lugar, fue mal vista por los lugareños y por los padres de ella, quienes se opusieron a sus amores. Sin embargo, su constancia, aplomo, dedicación al trabajo y su manera de comportarse tiraron por tierra todo recelo,  ganando la indulgencia de propios y extraños, logrando llevarla al altar.

     Fue un matrimonio íntimo, con los familiares más cercanos y los amigos y vecinos más allegados.

     Marcharon a las afueras del pueblo instalándose en un barrio residencial, sencillo pero cálido, logrando ganarse la estima de sus vecinos.

     La pasión fue creciendo día a día; y la separación a intervalos, cuando se hizo necesaria, sólo fue soportable por ese amor que se juraron.

     Así pasaron los años,  llegaron los tiempos buenos, creció la familia, hijos sanos y hermosos, hasta que llegó la peste y al marcharse se llevó a 2 de ellos. 

     El dolor los embargó, pero lograron sobreponerse a la pérdida y hoy, luego de 50 años, están más unidos que nunca, el amor ahora menos apasionado pero con la misma ilusión, no les ha abandonado, disfrutan de una vejez plena, con 5 nietos que llenaron en parte un vacío.

     -Se hace tarde amor y hace frío, comenta Javier y levantándose la toma de la mano, luego la abraza y al encontrarse sus miradas, vuelve a encenderse la llama de ese amor que jamás se apagará.

     Ella sonríe y … él le siguió!


Autora: Iris Ponce

No hay comentarios:

Publicar un comentario